Mucho se habla de los piojos, cómo se contagian y cómo prevenirlos. Hay extensos artículos y manuales que hablan de las causas, la rápida propagación y métodos de eliminación. Pero ¿Qué hay de la parte psicológica? ¿tener piojos afecta emocionalmente a tu hijo/a? Poco se dice sobre este tema que es tan importante como la teoría. Y es que las consecuencias en este aspecto merecen ser analizadas.
Más allá de los síntomas físicos como puede ser el picor, la presencia de liendres y la incomodada, estaría el enfrentar este hecho antes amigos o compañeros. Que un niño o adolescentes tenga piojos, no está del todo normalizado hoy en día. Además la preocupación de los padres incide en esta sensación de angustia dentro de la familia. Muchas veces los padres no sabemos atajar el problema con calma y transmitimos a los pequeños la inseguridad.
Por ello, el primer paso debe ser siempre tener la información correcta y no desesperarse. Los piojos son una afección común en cualquier familia o colegio y así mismo debe ser tratada. No se debe ni aislar a los peques ni exagerar la situación. Una vez que se toma la acción correcta que es iniciar el tratamiento, tu hijo/a retomará sus actividades cotidianas sin ningún problema.
La vergüenza no debe ser parte del proceso, y mucho menos ser la causa por la que no alertamos de la presencia de piojos a nuestro alrededor. Debemos ser cuidadosos como padres y profesores en cómo hablamos del tema. Siempre debemos ser naturales y sin tabúes. Si nuestros pequeños entienden que los piojos formarán parte de su vida alguna vez y que eso no es motivo de burla, ni acoso, todo será mucho más sencillo.
En sin más piojitos ayudamos a entender mejor todo el proceso de la pediculosis. Si quieres que este próximo curso escolar vayamos a tu centro, podemos coordinar una charla con el AMPA y así transmitir a los papis y mamis toda la información y herramientas sobre el tema.
